lunes, 23 de noviembre de 2009

Columna de Opinión Revista Corsa

ESTAR PREPARADO

En estos días, mientras piensa cómo consagrarse campeón en las tres categorías

en las que corre, Pechito López espera la noticia más trascendente de su vida.

Por lo menos de su vida deportiva. Él y su entorno están casi convencidos de que

el equipo USF1 lo anunciará como uno de sus pilotos para la temporada 2010

de Fórmula 1.Para eso se está preparando el cordobés desde hace unos días.

En realidad desde hace unos años. Su profesionalismo y su hambre de gloria

hacen que no sólo quiera llegar sino también estar a la altura. Para eso estudia,

se entrena, mira videos, se mentaliza...

Por Gastón Mastrolía

En estos días, mientras piensa cómo consagrarse campeón en las tres categorías

en las que corre, Pechito López espera la noticia más trascendente de su vida.

Por lo menos de su vida deportiva. Él y su entorno están casi convencidos de

que el equipo USF1 lo anunciará como uno de sus pilotos para la temporada

2010 de Fórmula 1. Para eso se está preparando el cordobés desde hace

unos días.

En realidad desde hace unos años.


Su profesionalismo y su hambre de gloria hacen que no sólo quiera llegar

sino también estar a la altura. Para eso estudia, se entrena, mira videos,

se mentaliza... Porque se conoce y sabe que, una vez que se concrete

su ilusión de sentarse en un auto de F-1,enseguida se obsesionará con

sumar puntos en una carrera, luego con obtener una victoria y más tarde

con salir campeón. Pechito no sirve para correr y nada más.

Él siempre quiere ser el mejor.


En esa preparación física y mental también entra darse cuenta de cuánta

gente se intentará acercar ahora a su círculo y ni hablar si finalmente aparece

en esa lista de pilotos que arrancará el Gran Premio de Bahrein el 14 de marzo.

Los que hoy miran al costado mientras López pide una ayudita, en ese entonces

intentarán mirarlo a los ojos y decirle: “Lo conseguimos”. Desde el lugar que les

toque, y desde las miserias personales, decenas de hombres se harán

responsables de ese logro.Es bueno que sepan de antemano que el único

responsable será José María López.Sin cualquiera de los otros protagonistas

esta historia podría escribirse igual.

Sin Pechito sería imposible.


Hay que estar preparado. Y no sólo para el éxito. Quizá el mayor esfuerzo de

López, y sobre todo de los que lo quieren bien, estará en prepararse también

para recibir una mala noticia. En el mundo veloz de la F-1 no sería raro que

el equipo anuncie a sus pilotos y ninguno se llame López. Aunque hoy haya

un 99% de chances.

Ese 1%, increíblemente, a veces define.


Si eso pasara, Pechito no deberá preocuparse tanto por los que se le

acerquen.Los conocerá a todos porque serán los mismos que están con

él desde siempre.El resto buscará otro de quién colgarse. Y José María,

gran pibe e increíble piloto,deberá entender que seguirá siendo el mismo.

Esté o no en la Fórmula 1.

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